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Cambios

 

Un hombre que vivía en Minneápolis, se tomaba todos los días un tren, hacia Chicago. Él trabajaba en una empresa que había sido construída sobre un viejo cementerio, o eso decía la leyenda que se contaba por la ciudad. Aquel señor trabajaba sin descanso, y hasta altísimas horas.

Un día yendo a la estación de Chicago para volver a su ciudad, se sintió perseguido por extrañas sombras, aunque siempre miraba hacia atrás y nada aparecía. Así se repitió varios días, por unas dos semanas. Había consultado a varias personas de allí si eso era usual, pero igualmente nadie se lo confirmó. Siempre que pasaba por la estación, se sentía perseguido por las sombras y aunque mirase permanentemente hacia atrás, nunca había nada. El trabajador subió al tren para su vuelta con destino a su hogar, minutos después subieron varias personas, y el viaje siguió. De repente se cortó la luz, y él, asustado, se desesperó, cuando todo volvió a la normalidad, los pasajeros habían desaparecido. Ya con mucho miedo, el hombre no dejaba de mirar las puertas y las ventanas esperando llegar; el corte de luz se reitera, pero vuelve al instante. El tren se hallaba lleno de personas, y finalmente llegó a su parada, pero no se encontraba en Minneápolis, sino que, estaba en el cementerio que yacía bajo la empresa, y todos los pasajeros de aquel tren fueron entrando a sus tumbas.

De repente, observó una gran fosa vacía, sintió un empujón y cayó. Los gritos no importaban, el cuerpo que hasta ese entonces había yacido en esa tumbra, enterró al hombre, para así volver él a la vida.

 

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